Es una de las expresiones más auténticas del carnaval de Gualeguaychú. Nacieron desde los barrios y mantienen, año tras año, un fuerte espíritu comunitario, donde vecinos y vecinas participan activamente en la organización y el desfile.
Durante las noches de verano, murgas, conjuntos carnavalescos y agrupaciones infantiles recorren el circuito con música, canto y coreografías, acompañados por la tradicional corneta murguera, un sonido característico de esta celebración. El corso incluye también espacios pensados para las infancias y culmina con el tradicional Entierro de Carnaval, que marca el cierre simbólico de la temporada.
Los Corsos Matecito reflejan la identidad popular de la ciudad y su historia carnavalera, ofreciendo a quienes visitan Gualeguaychú una experiencia cercana, participativa y profundamente ligada a la vida barrial.